Un remate al palo de Darwin Núñez fue la más clara de un equipo que se fue apagando y que llegó a cuatro partidos sin poder convertir.
Uruguay, que nuevamente se fue sin poder hacer un gol, empató 0-0 con Ecuador en el Centenario, en una doble fecha donde sumó un punto de seis, pero lo más preocupante fue la falta de juego.
El partido comenzó con los celestes saliendo a presionar la salida ecuatoriana y los visitantes siendo muy verticales, con un remate de Estupiñán y luego un cabezazo de Enner Valencia, ambos contenidos por Rochet.
Fue un arranque de dudas en el fondo, principalmente en la banda izquierda donde Olivera no estaba firme y fue desbordado en un par de ocasiones a velocidad.
La primera clara para nuestro combinado llegó pisando los 10′ cuando un gran cambio de frente de Federico Valverde dejó lanzado a Darwin Núñez, que se mandó, enganchó y pateó, quemándole los guantes a Galíndez.
Y un minuto después el Pajarito, con un tiro libre muy bien ejecutado, hizo volar al golero para descolgar una pelota que se le metía.
Esto hizo crecer a los celestes, que comenzaron a conectar con mayor confianza y a encontrar espacios para ofender. Así llegó una asistencia de Núñez para la velocidad de Pelllistri que se metió al área y definió cruzado pero le erro al arco.
A esa altura el trámite era controlado por el local, que seguía acumulando opciones, pero sin poder dar el golpe de gracia. Un tiro sin potencia de Araújo, un zapatazo de Valverde y hasta un cabezazo de Núñez que recorrió la zona caliente sin que nadie lo pudiera desviar, fueron mostrando las intenciones de llegar al gol.
La poca participación de Giorgian De Arrascaeta hizo que faltara esa claridad en el cuarto de cancha final, pero ya con una zona de volantes afianzada para recuperar rápido y proyectarse.
Los méritos estaban faltaba hacerlo valer en el resultado. Una pelota de Olivera para la corrida de Araújo terminó en un pase a Darwin Núñez que controló y giró para sacar un derechazo que reventó el palo, ante el «uh» de todos los hinchas.
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Recién pasados lo 40′ apareció nuevamente algo de la visita, con una descolgada de Alan Minda que tapó Sergio Rochet para sacar al córner.
Poco pasó de allí al cierre de esa primera etapa que se fue con un 0-0 mentiroso, producto de la falta de «punch» a la hora de anotar.
Cambios obligados
El complemento comenzó con Marcelo Bielsa decidiendo colocar a Nicolás de la Cruz por Giorgian de Arrascaeta, buscando mayor juego colectivo y dinámica al ataque.
Y en la primera que tocó le puso un precioso pase de primera a Nández que se había mandado al ataque pero que cuando definió lo hizo muy forzado.
El equipo estaba muy firme defensivamente pero carecía de juego por derecha a la hora del ataque ya que Pellistri no estaba en su mejor noche.
La pelota y el contralor del cotejo era de los celestes pero, con un rival más retrasado, ya no era tan profundo a la hora de la gestación, aunque se paraba mucho más arriba.
Lo cierto es que pasaron los 70′ y todo seguía en empate sin goles, pidiendo el partido variantes en un once que lentamente comenzó a mostrar el cansancio acumulado.
Un centro de Nicolás de la Cruz encontró la cabeza de Darwin que rebotó en un rival y se fue al córner, mientras el grito de «soy celeste» salía de las tribunas alentando la posibilidad de gol que quebrara la paridad.
Manuel Ugarte, a los 80′, debió ser reemplazado por una dolencia física, ingresando en su lugar Nicolás Fonseca, sin cambiar un ápice el esquema. Misma situación con Mathias Olivera para que entrara Marcelo Saracchi cinco minutos después.
Los últimos minutos mostraron algo más cerca a los visitantes y a un conjunto de Bielsa sin fuerzas, agotado y carente de ideas. El pitazo final selló el empate a cero, que repartió unidades y terminó en una silbatina de los presentes.